Al presentir la llegada del Otoño en nuestras carnes,
nos replegamos hacia adentro
concentrando toda la expansión del verano
en una semilla
que lleva en si
la capacidad
para crear
una nueva primavera.
Esa simiente anidará en nosotr@s durante la mitad oscura del año,
en ese periodo de reflexión y asimilación
de lo vivido exteriormente durante la mitad luminosa del año.
Nuestras actividades cambian y se preparan
para el frío, para el recogimiento en el sofá de casa
con la manta favorita y una taza humeante en las manos
Damos los últimos paseos estivales por bosques y parques
observando como la naturaleza acompaña y amplifica
nuestro proceso de cambio
la re-orientación del Ser del afuera al adentro.
El re-conocimiento de la Sabiduría adquirida
en nuestro caminar guiados por los antiguos Dioses